Cuando algo en nuestra mente parece estar dándonos nuevas ideas o modificando nuestro pensamiento pero no hay sonido audible alguno, es posible que Dios nos esté hablando a través de impresiones mentales.
Estos pensamientos son distintos de los que desarrollamos en nuestro diálogo interior habitual.
Una impresión mental puede impulsarnos a decir: “¿De dónde he sacado esta idea?” Las impresiones mentales son ideas en nuestra mente que pueden no pertenecernos.
Un ejemplo de esto puede ser cuando has tenido un disgusto con alguien que quieres, dijiste o hiciste algo que le hirió, te repites a ti mismo que tienes la razón de lo que hiciste pero en ese mismo momento viene un pensamiento a tu mente que te dice: “Tienes que pedir perdón por eso”, ¿De dónde puede provenir ese pensamiento?
Esta es una impresión mental que Dios puede estar poniendo en ti para hablarte sobre algo que debes hacer o corregir.
Algunas veces estas impresiones mentales nos inquietan y no nos dejan tranquilos hasta que hagamos aquello que Dios espera. Dice Isaías 55:8-9: “Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos—dice el SEÑOR—Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos”.
Muchas veces esa impresión mental o ese pensamiento va a ser contrario a tu voluntad o a tus deseos, pero siempre va a llevarte en la dirección de lo que a Dios le agrada.
Dice Filipenses 4:8:
“Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza”.
Lo que Dios elige hacer no siempre tiene sentido para nosotros; no siempre encaja en nuestro razonamiento, de hecho, nuestra mente no siempre entiende las direcciones espirituales que tenemos de parte de Dios. ¡Sus pensamientos están por encima de los nuestros! Todos sus caminos son los correctos y seguros