Dios llama nuestra atención. Una advertencia, un aviso repentino o sorprendente que puede captarse a través de la intuición o un obstáculo físico, es una llamada de atención que Él puede usar. Las llamadas de atención también pueden adquirir la forma de un susurro al oído o una impresión que se percibe como una idea inconfundiblemente ajena.
Es por eso que Dios busca diferentes formas para llamar tu atención y que así puedas escuchar el mensaje que tiene que darte.
Con demasiada frecuencia los mensajes de Dios son opacados por el ajetreo del día a día. A veces nos proponemos obedecer a Dios, pero después, entre tantas cosas que hacer nos alejamos de Él y ya no somos capaces de escuchar su voz. Preferimos hacer las cosas a nuestra manera y perdemos contacto con nuestro Padre.
Esto resulta extremadamente peligroso porque comenzamos a creer que somos auto suficientes y corremos el peligro de desviar nuestro camino y alejarnos de los planes que Dios tiene para cada uno de nosotros.
Es por eso que muchas veces le toca a Dios ingeniárselas para ver de qué forma puede captar nuestra atención y darnos el mensaje tan importante que hemos dejado de escuchar.
Estoy seguro que Dios siempre va a encontrar una manera de llamar tu atención porque Él quiere lo mejor para ti. No importa cuál sea la manera que utilice, lo importante es saber distinguirla, escuchar y obedecerle. Si ponemos atención a la voz de Dios, podremos ver que Él está constantemente enviándonos mensajes de distintas maneras y solamente está a la espera de que respondamos a Su llamado.
Éxodo 3:1 dice que Moisés vio un arbusto en llamas que a pesar del fuego no se consumía y eso llamó su atención, cuando se acercó para investigar, Dios le habló pues tenía un mensaje importante que darle. Tú y yo debemos buscar la presencia de Dios en todas las circunstancias de la vida.