La práctica de la Escritura es una disciplina espiritual para encontrarnos con Dios en
cada página de la Biblia. No se trata solo de adquirir información, sino de formarnos
como discípulos de Jesús. A través de la lectura profunda, la meditación, el estudio y
la memorización, nos sumergimos en la Palabra de Dios para ser transformados desde
adentro.
Puedes iniciar un camino de cuatro semanas para integrar la Escritura como parte de
la vida cotidiana. Esta práctica nos invita a leer lentamente, a meditar con el corazón
abierto, a estudiar con profundidad y a memorizar para que la verdad de Dios habite
en nosotros.
Jesús mismo vivía saturado de la Escritura. Sus palabras, enseñanzas y respuestas a
la tentación estaban profundamente enraizadas en la Palabra. Al seguir su ejemplo,
buscamos no solo conocer la Biblia, sino dejarnos moldear por ella, encontrando en
cada pasaje a Jesús y siendo renovados en nuestra mente, corazón y acciones.
La lectura de la Escritura es un acto de amor, una disciplina diaria que nos forma, nos
guía, y nos conecta con el corazón de Dios.
La práctica de la escritura se estructura en cuatro sesiones:
- Leer: Implica encontrar a Jesús en cada página. No se trata de cantidad, sino de
calidad. Se recomienda leer despacio, sin distracciones, y con apertura a que Dios
hable. - Meditar: La meditación es la lectura lenta, reflexiva y orante. Se practica con Lectio
Divina, que incluye cuatro movimientos: leer, meditar, orar y contemplar. Es una
manera de permitir que la palabra baje de la mente al corazón y se encarne en la vida. - Estudiar: Requiere esfuerzo mental y dedicación. Se trata de entender el texto, su
contexto original y su significado para hoy. Estudiar implica usar recursos como comentarios, diccionarios bíblicos y clases. La clave está en que el estudio sea por
amor a Dios y no solo por curiosidad intelectual. - Memorizar: Guardar la Palabra en el corazón para que esté disponible en todo
momento. Jesús la citó incluso en la cruz. Memorizar transforma la mente y forma el
carácter. Se recomienda elegir versículos significativos, repetirlos, escribirlos y
visualizarlos.
Estas prácticas no son un fin en sí mismo, sino caminos para conocer a Dios, ser
formados por su Palabra y vivir en su presencia diariamente.
Recursos para profundizar más:
Curso Biblia para quienes no leen la Biblia con Eze Fattore:
http://patreon.com/EzequielFattore
Bible Proyect:
https://proyectobiblia.com/