¿Qué sucede al bautizarme? – Ezequiel Fattore

El bautismo no es magia, ni un trámite, ni un rito vacío. Es una declaración poderosa: “Ya no soy quien era. Decido vivir de otra manera.” Es el símbolo de haber cruzado un mar rojo personal, dejando atrás la esclavitud de una vida sin propósito para caminar hacia la libertad que Dios ofrece. Entra uno al agua con una historia marcada por errores, dudas y heridas… y sale con una nueva identidad: hijo, hija, amado, amada. No porque lo merezcamos, sino porque Él ya lo hizo todo. El bautismo es como gritarle al cielo y a la tierra: “Sí, creo. Sí, quiero. Sí, voy con todo.” Es una respuesta valiente a un amor inmerecido. Es una invitación divina, respondida con un “sí” humano, honesto y lleno de fe.
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