El amor vive – Marcella Fattore

La resurrección nos recuerda que el sufrimiento de hoy nunca tendrá la última palabra. Nuestro desafío más grande es estar atentos. Ya no debes buscar cosas que te llenen porque Él es la plenitud de vida.

El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado. Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el sepulcro y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras se preguntaban qué habría pasado, se les presentaron dos hombres con ropas resplandecientes. Asustadas, se postraron sobre su rostro, pero ellos les dijeron: —¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive? No está aquí; ¡ha resucitado! Recuerden lo que les dijo cuando todavía estaba con ustedes en Galilea: “El Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, pero al tercer día resucitará”. Entonces ellas se acordaron de las palabras de Jesús. Al regresar del sepulcro, les contaron todas estas cosas a los once y a todos los demás. Las mujeres eran María Magdalena, Juana, María la madre de Jacobo, y las demás que las acompañaban. Pero a los discípulos el relato les pareció una tontería, así que no les creyeron. Pedro, sin embargo, salió corriendo al sepulcro. Se asomó y vio solo las vendas de lino. Luego volvió a su casa, extrañado de lo que había sucedido.Aquel mismo día dos de ellos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. Iban conversando sobre todo lo que había acontecido. Sucedió que, mientras hablaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos; pero no lo reconocieron, pues sus ojos estaban velados.—¿Qué vienen discutiendo por el camino? —les preguntó. Se detuvieron, cabizbajos; y uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo: —¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no se ha enterado de todo lo que ha pasado recientemente?—¿Qué es lo que ha pasado? —les preguntó. —Lo de Jesús de Nazaret. Era un profeta, poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo.Los jefes de los sacerdotes y nuestros gobernantes lo entregaron para ser condenado a muerte, y lo crucificaron; pero nosotros abrigábamos la esperanza de que era él quien redimiría a Israel. Es más, ya hace tres días que sucedió todo esto. También algunas mujeres de nuestro grupo nos dejaron asombrados. Esta mañana, muy temprano, fueron al sepulcro, pero no hallaron su cuerpo. Cuando volvieron, nos contaron que se les habían aparecido unos ángeles quienes les dijeron que él está vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron tal como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron. —¡Qué torpes son ustedes —les dijo—, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria? Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde se dirigían, Jesús hizo como que iba más lejos. Pero ellos insistieron: —Quédate con nosotros, que está atardeciendo; ya es casi de noche. Así que entró para quedarse con ellos. Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció. Lucas 24: 1-31

El amor vive

La resurrección es un nuevo comienzo para la humanidad. Cuando Jesús se cruza por nuestras vidas nos da propósito y nos cambia la vida. Sin un encuentro con Jesús, es imposible que conozcas realmente la vida. ¿Cómo vivirías si creyeras en todo lo que Dios ha dicho que tiene preparado para ti? 

A veces esperamos que los demás hagan lo que yo quiero que hagan, de la misma manera esperamos de Jesús. Al tener una expectativa errada de lo que Jesús es y puede hacer, se nos nubla la vista, se nos muere la esperanza. Jesús no vino a cumplir nuestras expectativas sino para darnos vida eterna.

La resurrección nos enseña que la esperanza no está en lo que suceda hoy, sino que está puesta en quién es Él. Jesús te da plenitud y te llena de vida. A veces no nos damos cuenta que Él esta cerca de nosotros, no lo notamos. Necesitamos estar alertas porque Dios siempre nos está hablando. 

El desafío mas grande que tenemos es empezar a darnos cuenta de que Dios esta allí, donde nosotros estamos. Deja de correr buscando cosas afuera que te satisfagan, que te llenen, que te hagan feliz. El amor que buscas está dentro de ti. El amor vive en ti y en mí.

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