El milagro espera – Liliana Garcia

Dios puede liberar tu carga donde sea que estés. Levántate de la parálisis que estás viviendo y comienza a caminar en una nueva vida. El milagro está a la espera pero la decisión está en tus manos.

Algún tiempo después, se celebraba una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Había allí, junto a la puerta de las Ovejas, un estanque rodeado de cinco pórticos, cuyo nombre en arameo es Betzatá. En esos pórticos se hallaban tendidos muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos.Entre ellos se encontraba un hombre inválido que llevaba enfermo treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí, tirado en el suelo, y se enteró de que ya tenía mucho tiempo de estar así, le preguntó: —¿Quieres quedar sano? —Señor — respondió—, no tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se agita el agua y, cuando trato de hacerlo, otro se mete antes. —Levántate, recoge tu camilla y anda —le contestó Jesús. Al instante aquel hombre quedó sano, así que tomó su camilla y echó a andar. Pero ese día era sábado. Juan 5:1-9

Jesús es 100% hombre y 100% Dios

Jesus venia con una agenda divina y en un tiempo divino. Hizo milagros (señales) y dio discursos ante multitudes. Hizo todo esto para las personas en ese tiempo creyeran que Jesús era y es el hijo de Dios, el elegido para llevar salvación al mundo. 

Todo empieza con Jesús diciendo YO SOY. Cada vez que él hablaba decía, yo soy Dios. Dios fue 100% hombre pero también fue 100% Dios, por tanto su poder es ilimitado. 

Dios hace milagros grandes pero también pequeñas señales para poder mostrar su poder y misericordia. Dios hace milagros aún en cosas que no alcanzamos a ver. A veces nos enamoramos del milagro, pero Dios quiere que nos enamoremos y nos comprometamos con el autor de esos milagros.

La parálisis

Hay veces que nos encontramos en situaciones que nos mantienen dando vueltas en círculos, o estancados. La parálisis puede ser una situación que te roba el animo de levantarte, de seguir adelante. 

Tal vez una herida, una dificultad financiera, un estatus migratorio, una relación, te tienen constantemente mirando el pasado sin poder avanzar. Muchas veces culpamos a las personas que nos rodean de las situaciones que estamos pasando. Nos aislamos, nos volvemos inaccesibles, nos victimizamos. 

Cuando perdemos la esperanza nos llenamos de excusas. Pensamos y decimos “eso ya lo se”, “yo ya lo intenté” o simplemente creemos que sabemos la respuesta. Nos acostumbramos a una nueva normalidad sin fe y sin esperanza. Si estás en esa situación pero quieres salir de ahí, la buena noticia es que Jesús se acerca a ti. 

El milagro

En muchas ocasiones Dios ya nos ha sacado de ciertos lugares, de ciertas situaciones, pero nuestro corazón y nuestra mente nos mantienen anclados en el pasado. En el caso del hombre que no podía moverse, así como quizás en el tuyo, lo que estaba paralizado era su corazón.

Dios nos llama a seguir avanzando, a hacernos responsables de nuestras vidas, quitarnos las excusas y levantarnos de la parálisis que estamos viviendo y empezar a caminar a una nueva vida. Para tomar algunas decisiones a veces solo se necesita un segundo de coraje (citando a la autora Pilar Sordo). 

Hoy Dios te anima a que te levantes. El milagro empieza cuando decides escuchar la voz de Dios y obedecerle. Empieza a ver que Dios quiere hacer un milagro, pero empieza con tu fe. Luego tienes que estar preparada para recibir ese milagro que estás esperando. Toma un segundo de coraje y avanza. 

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